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8 Cambios frecuentes en el embarazo y trucos para ayudarte con ellos

Durante el embarazo se producen una serie de cambios (unos más conocidos que otros) y algunos de ellos pueden condicionar la calidad de vida de la madre. Como ésta no es una etapa (ni ninguna otra) para tener que adaptarnos a lo que sea como «madres sufridoras» y te mereces poder disfrutarla, te quiero hablar de 8 cambios en tu cuerpo que pueden resultarte incómodos para darte recomendaciones que te ayuden a llevarlos mucho mejor.

1.Aumento de la salivación: Se produce por los cambios hormonales. Suele aparecer durante el primer trimestre de embarazo e ir asociado a las náuseas, vómitos y al reflujo gastroesofágico. No es algo grave pero sí puede ser incómodo, sobretodo si nos dificulta el descanso. Puede ser que notes que te levantas con la almohada mojada o incluso te despiertes por este exceso de salivación. La salivación excesiva suele disminuir o, incluso, desaparecer a partir de la semana 20 de embarazo , pero  a veces se mantiene a lo largo de todo el embarazo. Un truco para mejorarlo es evitar alimentos picantes o fuertes que estimulen las glándulas salivales. También puede ayudar evitar las comidas copiosas,  comer algún alimento ligero que te apetezca y enjuagarte la boca cuando aparezca la salivación.

2.Hiperosmia: aunque tiene un nombre muy raro, es simplemente una mayor sensibilidad al olor. Nuevamente está relacionado con el cambio hormonal y también suele aparecer en el primer trimestre, aunque puede durar hasta el final o en algunos casos después de que el bebé haya nacido. Se relaciona con las náuseas, ya que un olor poco desagradable se puede convertir en un olor muy desagradable. Para ayudarnos con la hiperosmia podemos evitar los alimentos fuertes, utilizar productos cosméticos y de limpieza sin aromas (ahora hay muchas gamas de productos que evitan los perfumes en su composición) y ventilar bien los espacios cerrados. Aunque parezca una paradoja, la aromaterapia te puede ayudar ya que puedes encontrar un olor que resulte agradable y utilizarlo como tu aliado en los momentos donde no puedas evitar los olores fuertes.

3.Encías inflamadas y que sangran: puede ser que notes que ahora tras lavarte los dientes el agua sale con algo de sangre y que tus encías están más sensibles. Esta circunstancia también se produce por los cambios hormonales, pero esto no quiere decir que debas olvidarte de ello. Es muy importante mantener una correcta higiene bucal y se recomienda acudir al dentista desde antes del embarazo (o ya en el embarazo si no lo has hecho antes) para que te hagan una valoración.

4.Sensación de molestia digestiva: aquí se nos juntan las náuseas con los vómitos, el reflujo y esa sensación de estómago revuelto que en ocasiones parece que sólo se pasa comiendo y en otras no nos entra nada de comida. La buena noticia es que hay trucos que pueden ayudar como evitar comidas copiosas, priorizar los alimentos fríos, suaves y que sabemos que nos sientan bien,  tomar algo sólido al levantarte por las mañanas antes de beber, descansar algo incorporada, mantenerte activa o realizar actividades que te hagan sentir bien. Se ha comprobado que el jengibre también puede ayudar a calmar esta sensación. También pueden ayudar la acupresión y la acupuntura. Si en tu caso notas que la molestia te impide hacer vida normal o que los vómitos o náuseas prácticamente te impiden alimentarte, consúltalo con tu especialista. 

5.Ronquidos: Puede ser que te hayan dicho que has empezado a roncar durante el embarazo, pero no te preocupes porque ésta es una situación normal que suele ser normal y frecuente producida por los cambios en tus vías respiratorias. A diferencia de otros cambios del embarazo, el ronquido suele aparecer a medida que el embarazo va avanzando y ocurre más frecuentemente en madres que han aumentado más de peso. Para mejorarlo o prevenirlo evita el aumento excesivo de peso, lleva hábitos de vida saludables, higiene adecuada del dormitorio (que no hayan fumado en la estancia, bien ventilado, correcto grado de humedad…), duerme un poco incorporada y busca posturas en las que notes tus vías respiratorias más abiertas. No obstante, si tienes alguna patología asociada a tu embarazo como hipertensión, preeclampsia o crecimiento intrauterino retardado y roncas por las noches, consúltalo con tu especialista.

6.Aumento del flujo vaginal: nuevamente debido a la acción hormonal pero también por el mayor aporte sanguíneo hacia la zona vaginal, puedes notar un aumento del flujo hacia finales del embarazo y que se hace incluso más evidente cuando se acerca el parto. Lo vas a notar blanquecino, con poco olor y bastante líquido. Si lo notas de olor fétido o  que se acompaña de picor o de líquido debes de consultarlo. Trucos que te pueden ayudar son mantener una adecuada higiene genital, cambiar la ropa interior con frecuencia, evitar pantalones ajustados, material sintético, las compresas o papel higiénico perfumado y los jabones con perfumes.

7.Pérdidas de orina: esto es algo que puede ocurrir por el aumento de la presión del útero y resto de órganos sobre la vejiga, pero debemos de tener un suelo pélvico lo bastante fortalecido para contener este aumento de la presión. Mi mejor recomendación aquí es que acudas a un fisioterapeuta especialista en suelo pélvico que te haga una adecuada valoración y te recomiende pautas adaptadas a ti. Además es importante que aprendas cómo hacer una adecuada higiene postural, evitando movimientos y posturas que sean hiperpresivas sobre tu suelo pélvico y lo puedan debilitar. 

8.Salida de calostro: este cambio no suele producir ninguna incomodidad, y de hecho es maravilloso que se presente, pero me parece lo suficiente importante para mencionarlo. El calostro es la primera leche que se presenta y puede aparecer ya desde mitad/finales del embarazo. No suele salir al exterior hasta el parto por la acción de las hormonas, pero puede que en momento en los que liberes oxitocina (como en las relaciones sexuales) notes alguna gotita de leche salir de tu pezón. Esto es algo normal y no debes de hacer nada. De hecho , extraer una gota de calostro antes del parto es una prueba que utilizamos a veces para demostraros que tenéis leche desde el principio, y que no hay que esperar a la subida de la leche para poder amamantar al bebé.

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